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¿Quién paga los platos rotos?

  • Foto del escritor: Warm Up
    Warm Up
  • 11 abr 2020
  • 1 Min. de lectura

Y un día se detuvo el deporte. El show no continuó. El estadio no se levantó. El telón no se cerró. El mundo del deporte está golpeado, pero también lo están sus trabajadores, los más olvidados. La noticia es que cualquier negocio no considerado de primera necesidad cierra. La liga de fútbol y de baloncesto se suspenden. Las reuniones multitudinarias pasan a ser conferencias virtuales. Todo ello por precaución, medidas necesarias para contener la pandemia del COVID-19 que se ha hecho con el control de España.

Con la pandemia llegan los EREs y ERTEs, y millones de trabajadores se quedan sin oficio ni beneficio. Y en este escenario empieza haber debate ¿Alguien se acuerda de ellos? ¿Alguien los tiene en cuenta?

Hablo de si tienen en cuenta a los trabajadores. Al empresario que tiene la academia, al profesor que tiene contratos temporales, a los que hacen actuaciones o partidos a puerta abierta.

Aunque mucha gente cree que el deporte no es un trabajo, os sorprenderá si afirmo que ellos también comen, pagan sus casas, y para esto se necesita cobrar. Torneos suspendidos, clases suspendidas, jornadas aplazadas, reducción de salarios...

El deporte, uno de los más afectados por la pandemia y junto a él sus deportistas, a pequeña o gran escala, es indiferente. De profesores a profesionales. Un golpe económico sin precedente.


No todos somos Messi pero todos necesitamos comer.

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