Santiago Cañizares, una vida ligada a un balón
- Warm Up
- 3 abr 2020
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Trabajador hasta límites insospechados, nunca nadie le regaló nada. Santiago Cañizares era capaz de levantar a 40.000 personas de su asiento con cada estirada bajo los palos de las porterías de Mestalla. Sus amigos le definen como una persona cercana, generosa y talentosa, los amantes del fútbol, como “El Dragón”, por su buen hacer como guardameta . Santiago Cañizares nace en Madrid, pero a los pocos años se muda a Puertollano (Ciudad Real), donde pasaría la mayor parte de su infancia, hasta que a los 16 años decide apostar por el fútbol y coge las maletas para recalar en la cantera del Real Madrid, lo que supondría un cambio radical en su joven vida. Pocos imaginaban cuando jugaba en el equipo juvenil del Calvo Sotelo, en su colegio Salesianos, que años más tarde dejaría de ser Santi para convertirse en Cañizares.

Muy ligado a su familia, su infancia estuvo marcada entre el fútbol, el judo y los estudios, pero se tuvo que decantar por el primero con la llegada al Real Madrid, ante la atenta mirada de su padre, profesor de judo. Tuvo que elegir, llegó un momento que no tenía tiempo para todo, pero no se arrepiente: “el judo me vino muy bien para luego tener destreza en las manos, fuerza, concentración”. Y entre decisión y decisión cogió las maletas, dejó Puertollano y se fue a Madrid a perseguir su sueño, a crear su futuro. “Fue un momento muy duro dejar a mi familia”, pero a la vista está que aquel esfuerzo tuvo su recompensa. Para Cañizares, haber pertenecido al Real Madrid le enseño a competir, a tener una profesión, “es saber si al final te gusta o es un juego”. Mientras maduraba a golpe de balón y con porterías de fondo, Cañizares disfrutaba de sus ratos libres: “por la mañana tenía un día libre y me iba a ver entrenar a Camacho, y se me quitaban todas mis penas”, su vitamina era ver a profesionales, y ese adolescente que sólo disfrutaba de lo que más le gustaba, mientras miraba a Camacho, jamás se le pasó por su mente que él también sería la vitamina de miles de jóvenes que luchan por alcanzar su sueño. Empezó por vocación, sin presión, eligiendo la portería después de probar varias posiciones porque era en la que mejor se sentía, y aquel niño acabó teniendo un palmarés al alcance de muy pocos, y siendo una leyenda en el mundo del fútbol para siempre, como él mismo afirma, convirtió su vocación en profesión: “Es una profesión que hay que dedicarle prácticamente toda tu vida”, pero lejos de arrepentirse asegura que fue la época más feliz de su vida. Un deportista tiene que tener los pies en el suelo siempre, Cañizares afirma que la estabilidad de los futbolistas a veces es complicada, en la vida personal tiene sus momentos buenos y malos, y los malos se notan en el rendimiento del jugador, y eso es algo muy difícil de llevar: “hay que tener tu vida tranquila para que tu cerebro se dedique al 100% al fútbol porque se refleja en el rendimiento”. Jugar al fútbol es lo que enseñan las escuelas, no es salir a tirar un balón, no solamente los que salen el terreno del juego son los protagonistas, hay muchas cosas alrededor del equipo para que se rinda mejor. Las costumbres y los hábitos de los futbolistas son diferentes a los demás deportistas “no por el propio futbolista, más bien porque la sociedad te pone en una situación popular muy grande que incide en tu vida personal”, pero hay que llevarlo lo mejor posible, recalca Cañizares mientras se emociona cuando piensa lo bonito que es despertar la ilusión en la gente, ir por la calle, que te pare un niño y te pida una foto y te diga “quiero ser como tú”. Cañizares siempre será ”El Dragón” de la portería de Mestalla, durante su estancia en la capital del Túria el guardameta madrileño alcanza la plenitud en su carrera profesional, estableciendo esta época como la más laureada en su vida como futbolista, “tuve la suerte de rodearme de muy buenos jugadores, en una época muy buena del Valencia”. Fue la época dorada del valencianismo, Cañizares fue santo y seña del mejor Valencia CF de la historia, aquel que disputó dos finales de UEFA Champions League consecutivas, en la que el cancerbero entre lágrimas dejó una imagen para la historia, y supo reponerse para acabar logrando dos títulos ligueros y una Copa de la UEFA, coronando al Valencia CF como mejor equipo del mundo en el año 2004. Su hijo Lucas sigue sus pasos De padre futbolista a hijo futbolista. Lucas Cañizares también cogió las maletas cuando era jugador del Alboraya y se fue al Real Madrid, lo hizo antes que su padre, con tan sólo 12 años. Lucas Cañizares le dijo que quería ser futbolista y su padre le apuntó a un equipo, sin pretensión ni objetivos. Cuando los niños juegan a fútbol es una actividad, “a veces los padres nos volvemos locos, es un esfuerzo que tiene que salir de ellos”. “Yo no le puedo ayudar en francés pero en fútbol, fruto de mi experiencia, le puedo dar consejos”. Lucas, que recaló en la cantera madridista hace 5 temporadas, va dando pasos agigantados hacia un futuro como profesional, este año por primera vez ha sido convocado con el Real Madrid Castilla con apenas 17 años, después de haber sido llamado en varias ocasiones por las categorías inferiores de la Selección Española.
El tiempo del descuento no es fácil Como todo, la vida profesional del deportista tiene su final, y en estos casos la “jubilación” como profesional llega mucho más temprano que la de cualquier otra profesión, “con una edad de menos de 40 años sabes que se va a acabar”. “Cañete” relata que cuando le apartaron del equipo era un momento complicado del Valencia, una estructura débil, con un presidente que tomaba decisiones erróneas, “me bajaron de un barco que yo veía que iba a la deriva”. Trató de recuperarse pensando en el siguiente objetivo porque “ya no compartía muchas de las cosas del club que la había dado tanto” No fue agradable afrontar la retirada, ya que cuando esto ocurre sabes que por tu edad debes dar un paso al lado y dejar hueco a las nuevas generaciones, es algo difícil de afrontar cuando una profesión te ha dado tanto en tu vida, como él mismo dice: “cuando me retiré sabía que no iba a volver a tener una profesión tan bonita". Está feliz, en la actualidad tiene más tiempo para estar con su familia, desde 2008 ha seguido estando ligado al mundo del fútbol pero desde la mirada periodística, ha trabajado en La Ser, Movistar + y actualmente en la Cadena Cope. Le gusta su trabajo y puede dar el punto de vista de un jugador que ha estado dentro del campo,. Con el Valencia CF y su actualidad es muy crítico a la hora de señalar los puntos en los que el club no está haciendo bien las cosas, con el espíritu de que mejore y de reflexión. “Éramos un equipo que peleaba por estar arriba, y la situación ha cambiado”. Jamás olvidará su etapa anterior “ser futbolista fue un regalo, el mejor momento de mi vida”.
Cañizares y el Valencia CF a día de hoy
Seguramente, el exguardameta Valencianista guarde mejor relación con el aficionado que con el propio club, después de la polémica que levantó el rechazo del club a colaborar en un proyecto solidario que encabezaba él mismo. Pero más allá de este hecho, el propio Santiago Cañizares ha reconocido que el Valencia CF se ha dirigido a él en varias ocasiones una vez finalizada su carrera como profesional: “Me han ofrecido puestos dentro de la estructura del equipo dos veces, pero he preferido mantenerme al margen porque consideraba que no era el momento. El Valencia lo llevo dentro, ahora mismo estoy en una situación muy estable, me gusta mi trabajo, pero el Valencia siempre está, celebro las decisiones positivas y lamento las negativas, y si algún día hay un proyecto que me convenza, al Valencia lo escucharé, igual a otro equipo no escucharía“.
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